jueves, 7 de diciembre de 2017

Y LLEGARON LAS LIRAS

     SIGUEN LAS LIRAS

     Ya no tengo siquiera,
la dicha de tu voz tan añorada,
cantando en primavera,
mi fiel enamorada.
   Solo siento el dolor de tu lanzada.

  Yo no tengo el honor
igual que no lo tuvo el gran Machado,
perdida su Leonor,
de estar arrinconado,
y olvidarme, por siempre del pasado.

     No encuentro la manera,
en esta soledad que estoy siguiendo,
aunque yo bien quisiera,
vivir siempre queriendo,
aunque solo, sin ti, ya no lo entiendo.

     Suspira el caminante,
que tiene una gran senda por andar,
en su lucha anhelante.
     También allá en el mar,
las olas van con prisa por llegar.

    Mi barca tiene velas,
que se abrazan al viento, singulares,
dejando mil estelas,
y un montón de pesares,
cuando busca refugio en otros mares.

    Yo soy un navegante,
agarrado al timón de mi velero,
mirando hacia adelante,
y es por esto que quiero,
llegar a feliz puerto en mi crucero.

    Y navego a favor
del soplo susurrante de aquel viento,
que viene de estribor.
    Con mucho sentimiento,
en la barca descansa el pensamiento.

     No me puedo quejar,
cuando estás en mi barca adormilada,
y no puedo llorar,
estando a ti abrazada,
porque yo sin tu amor, ya no soy nada.

   
                       O.Z.M.

miércoles, 6 de septiembre de 2017

PENSAMIENTOS

                                             
                                               
                                       
                                                 Hace ya cinco meses que escribiera,
soñando un día, descubrir mi herida,
sonetos a  “UNA VOZ”, muy conocida,
que marcó mi destino, en tal manera,
que me puse a subir por la escalera,
de un pasado remoto de mi vida.
   La brecha estaba abierta y encendida,
más allá del dolor que me invadiera.
   Descargando sonetos prisioneros,
de un modesto Internet, que no entendía,
me quedé sin amor y compañeros,
tan solo mi dolor en compañía,
no quise descubrir nuevos senderos,
por no tener que abrir un nuevo día.


    Lloraba entre mis versos torpemente,
buscando en el ayer una esperanza,
tal vez una ilusión en lontananza,
y una luz en mi cielo, intermitente.
    Y pasaban los días lentamente,
y las noches llegaban sin tardanza,
y mi amor se ocultaba en la confianza,
lejano a este sufrir constantemente.
    Si pudiera borrar de mi memoria,
el cariño, el amor y la pasión,
volvería a escribir la misma historia,
preñada de ambiciones e ilusión,
sentado en el umbral de aquella euforia,
volando sin cesar mi corazón.


   Yo no puedo vivir para olvidar,
yo no sé recordar sin padecer,
parece que es tan fácil de entender,
que resulta imposible descifrar.
   Cada cual es un mundo al caminar,
por la senda bendita del querer,
que empieza por un bello amanecer,
y que nunca parece terminar.
    Pero todo se acaba en esta vida
porque nada hay eterno en su arrogancia,
el sueño y la ilusión, tal vez dormida,
se ocultan sin querer en la distancia,
que media entre el ayer de amanecida,
y el hoy de la ambición y tolerancia.


                       O.Z.M.