La muerte
Jamás tuve presente, que la muerte,
nunca esperada y por demás, maldita,
pasara su tarjeta, previa cita,
cuando menos lo esperas, y se advierte,
que siempre llega pronto a conocerte,
que nunca llega tarde a su visita,
buscando con el dedo a quien transita,
por la ruleta de la ignota suerte.
Ya han pasado seis meses y he sabido,
que aquella Navidad, la más reciente,
dejaste en los turrones tu apellido,
y en la sidra el perfume maloliente
que exhala tu semblante corrompido.
Yo te maldigo, ¡oh! muerte intransigente.
Tu valentía
Y aunque no quiero hablar de tu llegada,
porque tengo mi amor entristecido,
sí te quiero decir, como marido,
que me has dado una enorme puñalada,
y a mis hijas también, ¡oh! desgraciada.
Te has llevado a mamá, como es sabido,
rompiendo su esperanza, y su atrevido
valiente caminar por la estacada,
que siempre ella creyera superable,
y nos diste seis meses para amarla
y llorarla también, por admirable,
para estar todos juntos y abrazarla,
para hollar su camino intransitable,
más allá del amor, y no olvidarla.
Seis meses
Seis meses comprimidos, no es bastante
para estar en su tierna compañía,
tuviera, al menos, que tener el día
las horas infinitas por delante.
Su amor era tan grande y tan galante,
que tan solo al mirarla se sentía.
Respiraba el candor y lo ofrecía
como un soplo de luz, en un instante.
Pero al menos seis meses han servido,
para hacer una piña en nuestra vida,
un equipo de ayuda siempre unido,
un ansia enorme de ocultar la herida,
un llorar sin llorar, triste y sentido,
una dulce esperanza sin salida.
El altar
El altar
Estuvimos seis meses contemplando
tu valor y firmeza ante el altar,
donde siempre se hallaba tu mirar,
por la mesa de noche deambulando.
Pasaste muchas horas desgranando
las cuentas de un rosario en tu pulgar,
¡que esta lucha la tengo que ganar!,
a todos nos decías, suspirando.
Y a ese Cristo de Limpias, a tu frente,
que siempre es de mi pueblo, luz y guía,
con cuanto amor, teniéndole presente,
tu propia curación yo le pedía,
esperando el milagro consecuente,
para mañana, o tal vez otro día.
Tu Virgen
Y a esa Virgen, bonita y soberana,
que llevaba tu nombre y era amada,
porque fue de tu padre abanderada,
patrona del colegio y Salesiana.
Con cuanto amor llamaste a su ventana,
con los nudillos de tu fe arraigada,
buscando sin cesar con la mirada,
respuesta a tu ilusión siempre cristiana.
La adorabas con toda tu alegría,
porque fue de tu padre consejera,
protectora de amor, su compañía,
pues fuiste con tres meses tan siquiera
la huérfana infeliz, en su agonía,
hija amante, y más buena compañera.
Tu ejemplo
Rezar siempre por mí, no quiero veros
llorar por los rincones, en mi ausencia,
quiero siempre advertir vuestra presencia
sin brillo en vuestros ojos, tan sinceros,
porque así quiero yo, que estéis enteros,
si llegara el final de mi existencia.
Que este mundo tan solo es penitencia,
y yo voy a buscar otros senderos.
Más allá de la luz y la distancia,
más allá del dolor y el sufrimiento,
más allá del aroma y la fragancia
de la más bella flor del pensamiento.
Allí estaré esperando en mi constancia,
vuestro amor y profundo sentimiento.
O.Z.M.
Soy de los que pienso que cuando un miembro de una pareja, que se ha querido a lo largo de muchos años, cuando muere su compañero/a ha de seguirle de forma inmediata.
ResponderEliminarCreo que muchas informaciones de violencia de genero en personas mayores, muchas de ellas son acuerdos tácitos.
Hermosos poemas, un abrazo.
Amar es aceptar también lo acontecido, aunque el dolor se haga lacerante;
ResponderEliminaramar es saberse siempre unidos,
aunque la vida del otro acabe antes.
Tus poemas, Olegarios son siempre sublimantes, excelsos, para releer y degustar.
Olegario.
ResponderEliminarSe que es duro perder al ser amado.
Piensa que desde el
Cielo ella os está ayudando.
Bella Poesía, llena de dolor.
Un abrazo, Montserrat
Olegario..." Añoranza y amor ll "
ResponderEliminarTe estoy leyendo para enviarte un comentario y aquì me ha llegado recien el tuyo...todavìa no lo he leido.
Es tristìsimo esto que has publicado...me llena de dolor...no encuentro mejor palabra que con mi pèsame calme tu angustia, junto a la de los demàs que mucho te queremos.
un beso desde Argentina
miles de gracias insigne poeta por emocionar nuestros sentimientos con la magistral belleza de tus versos, besinos con todo mi cariño y admiración
ResponderEliminar
ResponderEliminarNo soy un poeta,
soy un principiante
de palabras rimadas y pensadas
para no herir los sentimientos
de quienes las lean cuando se acercan
cual inexperta mariposa
a besar el aroma de los acantilados.
Cada día se vive un verso diferente,
motivo de sobra ilustrado
para continuar el camino
con la vista fija en el horizonte,
apoyado en la esperanza y el sosiego
no permitiendo el retroceso
al más endeble de los pensamientos.
Un beso de amor y ternura
María del Carmen
Amigo Olegario, es mejor que llegue sin avisar su visita asi no sentimos que se acerca ese dia en que la nonozcamos sin saber cuando será.
ResponderEliminarTodos tus poemas estan escritos con tinta del corazón, eres un Gran Poeta.
Un abrazo muy cariñoso para ti.
Dolor y esperanza, mucho ánimo Olegario. Como decía un cura amigo, la eternidad es tan larga que no tenemos ninguna prisa.
ResponderEliminarAbrazos
Piedra
ResponderEliminarCuando mires las estrellas
acuérdate de mi
porque en cada una de ellas
he dejado un abrazo para ti.
Pasa un feliz fin de semana
y serás protagonista
de un millón de sonrisas.
María del Carmen
Un hermoso poema lleno de dolor.
ResponderEliminarun abrazo inmenso
maite
Tus sentimientos desbordados por el dolor, tienen también todo el amor que se puede llegar a sentir por la persona con la que compartes tu vida... dolor + amor = a esperanza y fe.
ResponderEliminarUn abrazo acaricie tu alma y te llene de fortaleza y luz
Olegario, has sabido plasmar con gran belleza toda la tristeza que la muerte trae consigo.
ResponderEliminar¡Extraordinarios! Un abrazo
ResponderEliminarHola Olegario buenas tardes; hoy llego hasta aquí una vez más emocionada a decirte que la poesía que me has dejado como regalo de cumpleaños ya la he pueblicado hoy en Mis caricias del alma, en el más alto podium de la amistad.
Un abrazo cargado de sueños aquellos que nos dan la mano para alternar entre días sombreados y tardes rendidas al ocaso.
María del Carmen