miércoles, 18 de abril de 2012

FIN DE LA MARISCADA

         
              

                      OTRAS COSAS


  Vereis que en el marisco me he quedado,
por no hacer tan enorme, aquesta orgía,
ni en cuarenta  cuartillas me cabría,
lo que está en mi serón, tan bien guardado.

  Al llegar a las carnes, me he parado
una vaca muy rubia, me ofrecía
recetas sin parar, y todavía,
no hemos hecho mención a su pescado.

   Que son de vaca sus quesos más queridos,
Arzúa-Ulloa, Cebreiro, San Simón,
de Tetilla, tal vez,  más conocidos.

    Y sus vinos reclaman mi atención,
el Ribeiro, Albariño, tan queridos,
destilan en mi ardiente corazón.
 

                      UN INCISO

     
   Quisiera recordaros con presteza,
que los platos que adornan esta guía,
de Internet los saqué, como quería,
recogiendo a su vez tanta riqueza.
     
   Que en Galicia, señores, hay grandeza,
ilusión y también gastronomía,
muchos pueblos se tienen hoy en día,
como cuna de toda esta belleza.
     
    Tal vez los he omitido en mi camino,
y hoy me dicen que el pulpo, a la sazón,
tiene en Melide su habitual destino,

por ser principio y fin de una razón
que lleva hasta Santiago al peregrino,
y ser parada y fonda en su estación.

        
                      O.Z.M.

4 comentarios:

  1. Completo peregrinar por tierras gallegas, con buenas viandas se hece mejor el camino.
    Abrazos
    Piedra

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  2. Todavía recuerdo la mariscada que cayó en Vilanova de Arousa como despedida. ¡Sublime!
    Saludos desde mi mejana

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  3. Olegario que has dejado patidifuso con tus poemas sobre la mariscada.

    Un abrazo.

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  4. A veces ha sido doloroso leer tus sonetos sobre los distintos mariscos, comprenderás que en estos tiempos de crisis es casi imposible comprarlos para satisfacer tales apetitos.Pero para tu tanquilidad, me alegro de haberlos leido, me han parecido todos fantasticos aunque no haya comentado en todos. Precisamente he estado unos días fuera de base a causa de una gripe estomacal que me ha tenido a base de arrocito blanco y otras viandas nada parecidas a las que cantan tus sonetos.

    Un beso

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