(Soneto)
En el silencio de la noche oscura,
cuando todo parece estar dormido,
se escucha melancólico el tañido
de una torre que vela allá en la altura.
El eco triste de su voz perdura
poco a poco se pierde su sonido
que el viento lleva lejos, dolorido,
bajo el manto ideal de su negrura.
Ya no lo escucho desde mi aposento,
ya no contemplo su figura erguida,
solo capto el silbar recio del viento
que anuncia sin cesar la despedida
de un amor que nació en mi pensamiento
y acabó en los umbrales de la vida.
O.Z.M
Nota: Este soneto fue escrito cuando yo tenía16 años
EL VIEJO RELOJ
(Sonetos)
Hoy estás, mi reloj, casi escondido,
respirando el silencio de tu vida,
sangrando de malezas por tu herida,
que deja entre la piedra un alarido.
Casi, casi, la edad ya te ha vencido,
la cumbre de tu ayer aún está erguida,
vigilando tu sombra distinguida,
que la gente siquiera ha comprendido.
Tú campana de ayer fue tan sonora ,
que volaba en el viento de aquel fuerte,
y su voz cantarina y precursora,
recorría mi pueblo, y hoy se advierte,
que te fuiste soñando con la aurora,
y en la noche acostando con la muerte.
Cuantas veces he visto en tu mirada,
jugando, niño, en tu portal un día,
retozando en tu sombra de alegría,
la tristeza en tus ojos reflejada.
Abajo el rio en su habitual morada,
va camino del mar con armonía,
y también desde ti la Iglesia abría
el dulce ventanal de su alborada.
Aún existes reloj, y estás plantado
simulando una torre allá en la altura,
tu esfera y tus agujas se han rayado,
y no veo el cristal de tu armadura.
Te has ido desplomando en el pasado,
tan solo has conservado tu figura.
O.Z.M.
Muchos años escribiendo sonetos, muchos años de buen hacer y de maestría.
ResponderEliminarEl tiempo pasa tambien para el reloj.
Un abrazo maestro del soneto .
Preciosos sonetos. Como dice Chelo, eres todo un maestro.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Hay belleza extrema y musicalidad en tus palabras, Olegario. El primer soneto parece que lo fuera de madurez, pero no me queda otra que creer lo que apuntas debajo. Te felicito, tienes una facilidad para el endecasílabo que es muy poco habitual. Ante ti me descubro, maestro.
ResponderEliminarUna madurez increible tan joven, se explica la maestría de tus poemas.
ResponderEliminarGracias por tus palabras a mi entrada sobre Santander, se agradece con todo el alma.
Saludos
Piedra
acabo de leer tus letras en un bloc de un gran admirado y sublime maestro amigo y me causaron admiración por su sensibilidad y belleza , así que sin esperar ser molestia me quedo en tu morada para deleitarme con ellas, besinos de esta asturiana admiradora.
ResponderEliminarbellísimos, Olegario.
ResponderEliminarUn abrazo
Muy agradecido a vuestras alabanzas. ¡Cómo pasan los años!.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo. Olegario.