lunes, 17 de octubre de 2011

SOLEDAD

  No te vayas, mi amor, por la vereda
donde nunca amanece la alegría,
donde siempre es de noche, siendo día,
donde todo es desierto y no arboleda.
   Quédate junto a mí, porque suceda
que siga igual que ayer, mi fantasía,
que te siga queriendo todavía,
que mi amor en tu vida se me queda.
   Que he aprendido, ya en esta eternidad,
que no he de estar llorando, torpemente,
al pie de esta callada realidad,
que tengo que vivir constantemente,
muy lejos de esta triste soledad,
siquiera por tenerte alegremente.


     Yo soy un solitario soñador                 
perdido en la distancia del pasado,
a cuestas con tu amor en mi costado,
tratando de encontrar un corredor,
donde pueda dormir todo mi amor
sin estar de aquel tuyo separado,
porque así, sin querer, habré encontrado,
la paz que estoy buscando en mi interior.
   Que yo no quiero soledad callada,
mascullando en mi pobre corazón,
llamando sin cesar en mi morada,
cubierta con un velo de ilusión,
yo no quiero saltar la encrucijada,
ni volver a tener otra pasión.


    Me he bebido ya el cáliz rebosante,
de todo aquel dolor que en él había,
y he tragado también, día tras día,
el llanto acumulado y palpitante.
    Yo no quiero tener a cada instante,
la sed que antaño, sin querer tenía,
no quisiera olvidarte, vida mía,
ni tampoco dejar de ser tu amante.
   Yo quisiera, mi amor, haber bebido
todo aquello que ya no puedo darte,
montañas de ilusiones sin sentido,
toneladas de amor en cualquier parte,
silencio misterioso e incomprendido,
y el dolor solitario al recordarte.

                      

  Lejos te quiero soledad ardiente,
más allá del dolor que me has dejado,
quiero ser libre y no estar a tu lado,
y volar por el cielo alegremente.
   Yo no quiero vivir constantemente,
soñando en tu regazo, recostado,
de tu mano jamás me habré curado,
porque siempre estaré convaleciente.
    Déjame despertar la fantasía,
y soñar respirando en la grandeza,
déjame que me pierda todavía,
por el bosque preñado de belleza,
donde siempre descansa la alegría,
y  jamás el dolor y  la tristeza.


   No vuelvas a llamar en mi ventana,
con los nudillos de tu ayer ardiente,
porque ya no estarás en mi presente,
que el ayer de tu vida, no es mañana.
   Deja en paz mi dolor, que tengo gana
de abrir mi corazón a esta corriente,
que fluye de mi amor constantemente,
aunque esté de su vida tan lejana.
   Déjame en este sueño incomprendido,
que mi amor va trazando día a día,
alegre y libre, pero no escondido,
ardiente como el sol del mediodía,
cantando como el pájaro en su nido,
que siempre está llamando a la alegría.


   Así me quiero ver, sin tu mirada
colgada de mi amor, como una espina,
que no será un rosal, ni golondrina
ni siquiera un jardín de madrugada.
   Porque tú, soledad, llegas callada
como una maldición, y  repentina,
me dejas el dolor en cada esquina,
y el llanto en mi pasión alborozada.
   No vuelvas a llamarme, soledad,
ni vengas de mi ayer en compañía,
déjame respirar serenidad,
volando sin cesar mi fantasía,
más allá de la triste realidad,
que abraza mi dolor con alegría.


                     O.Z.M

8 comentarios:

  1. La soledad, amigo Olegario, es más asumible cuando se sueña y hay mucho sueño en cada uno de los sonetos. Saludos.

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  2. Buenas noches Olegario:
    Una poesía muy bella.
    Hay muchas personas que se sienten solas, aunque tengan compañía.
    Y hay otras, que la soledad es su compañera.
    Un abrazo, Montserrat

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  3. Magistral poema, la soledad te ha inspirado estos preciosos versos. ¡Felicitaciones! Un abrazo.

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  4. Olegario, que fluidez tienes para componer.
    Hoy has tocado la soledad, que tu pienso, nunca tendras, porque estaras rodeado siempre de amigos y Musas.
    Un saludo.

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  5. Olegario, sea cual sea el tema que toques lo haces con una maestría asombrosa.
    Preciosos versos

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  6. Queridos amigos: Una vez más quiero enviaros un caluroso cariño de emoción y sentimiento.
    Existe la soledad, la esperanza y la espera, trilogía que vendrá a continuación en un susurro de amor a mi hija en el día de su boda, celebrada en Abril de este año. Espero que os gusten. Un fuerte abrazo.

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  7. HOLA OLEGARIO: CUANDO ESA SOLEDAD DESAPAREZCA Y ENCUENTRES EL CALLEJÓN QUE AL FINAL VEAS LA LUZ DE LA ESPERANZA, LA ALEGRÍA Y LA FELICIDAD.-
    HERMOSO TU POEMA, DEJASTE EN LA NARRACIÓN UNA HISTORIA DE AMARGURA CON TINTES DE UN NUEVO AMANECER.-
    UN GRAN ABRAZO.-

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  8. La distancia y el tiempo, no son nada en el corazón pues él, no entiende de lógicas ni espacios. La soledad, la eterna compañera de los poetas, ella se maneja muy bien en todos los espacios y tiempos, en el corazón y en la mente, es la más fiel y recurrente de todas las compañías. Letras para leerse en una tarde de domingo con una humeante taza de café. Un gusto conocer su trabajo.

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